La Bella y la Bestia - La fealdad, y la belleza, de crecer


Si no conoces la versión original del cuento, te recomiendo que la leas en este enlace: https://web.archive.org/web/20070415214625/http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturainfantil/cuentosclasicos/labellaylabestia.asp

Al contrario que otras historias que hemos analizado anteriormente, La bella y la bestia no es, técnicamente, un cuento tradicional. Existen cuentos tradicionales muy similares al cuento de La Bella y la Bestia, sin embargo, el cuento en sí de la Bella y la Bestia no es un cuento folclórico propiamente dicho. Aunque fuertemente inspirado por los cuentos de tradición popular, La bella y la bestia es una obra escrita y creada en 1770 por la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Villeneuve para los amigos.

De hecho, la historia que escribió nuestra amiga Villeneuve ni siquiera es un cuento en el sentido amplio de la palabra, pues su extensión la convierte en una novela corta. La historia contiene numerosos elementos inspirados en los cuentos de hadas tradicionales, pero no es un cuento de hadas tradicional.

Más bien, la novela de Villeneuve es una novela de fantasía en el sentido moderno. Como las novelas de fantasía actuales, crea una obra original inspirándose en las historias orales tradicionales, las leyendas y los mitos. Es decir, Villeneuve es, técnicamente, una de las precursora de Juego de Tronos.

Ahora que lo pienso, la historia de Daenerys y Drogo sí que tiene bastantes similitudes con la historia de “La bella y la bestia”…

Entonces, ¿por qué hoy en día vemos a “La bella y la bestia” como un cuento clásico? Bueno, la historia tiene ya unos añitos, así que clásica sí que es. Pero aún tenemos el problema de su gran extensión. Por suerte para los amantes de los cuentos, Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, que también es una francesa con un nombre muy largo, escribió una versión reducida de la historia, convirtiéndola en un cuento propiamente dicho.


Otra versión muy conocida es la de Andrew Lang, que combina elementos de la versión de Villeneuve y la de Beaumont. La versión de Lang no es, ni de lejos, tan extensa como la de Villeneuve, pero sí es un poco más larga que la versión de Beaumont. Sin embargo, la versión de Beaumont, aunque más breve que la de Lang, destaca especialmente un elemento que, en la actualidad, consideramos muy representativo del cuento…

Todos lo que hemos visto la película de Disney pensamos en Bella como una gran amante de los libros. A la Bella de la novela original también le gusta mucho leer e instruirse, pero el amor a la lectura es algo que se resalta aún más en la versión de Beaumont. Por ejemplo, el amor por los libros es un elemento que Beaumont utiliza para diferenciar a Bella de sus malvadas hermanas.

A las hermanas mayores de Bella sólo les interesa ir de fiesta y meterse con los hábitos de lectura de su hermana pequeña, un pasatiempo que dichas hermanas mayores consideran absurdo y ridículo. Y es que, en el cuento original, no hay ningún Gastón. El papel del villano es asumido por las dos hermanas de Bella, así como por la bruja o hada maligna que transformó al príncipe en bestia.

Ir de fiesta no tiene porqué ser algo malo, siempre que no se haga en exceso, pero insultar las aficiones de los demás sí que lo es. Niños, no seáis como las hermanas de Bella.


Sin embargo, Andrew Lang decidió no mencionar explícitamente el amor por la lectura de Bella. No obstante, en su cuento aparece una biblioteca llena de todos los libros que han existido, existen, o existirán. Además, el cuento da a entender que el palacio de la Bestia proporciona a Bella aquello que esta desea, por lo que se sobreentiende que, si hay semejante biblioteca en el palacio, es porque a Bella le gusta leer.

Como hemos mencionado en otros artículos, los héroes de las historias reflejan las cualidades que el autor, y posiblemente la cultura de éste, consideran admirables. Por tanto, no debe extrañarnos que a Bella le guste leer, pues su historia fue escrita y adaptada por dos mujeres a quienes les gustaban tanto los libros que escribieron varios de ellos.

Pero el cuento de “La bella y la bestia” no sólo nos anima a leer muchos libros, tal y como hace la heroína de la historia. Este cuento tiene una moraleja aún más obvia, ¿verdad? Como bien dice la canción de Disney, uno de los mensajes principales del cuento es: “La belleza está en el interior”. Por muy feo que sea la bestia por fuera, su buen corazón consigue que una hermosa jovencita acabe enamorándose de él.

En un sentido más amplio, podemos interpretar este mensaje como “No te dejes engañar por las apariencias”. De hecho, esta es una advertencia que Bella recibe en más de una ocasión, tanto en la versión del cuento de Lang como en la novela corta original de Villeneuve. Así pues, no es sólo que la belleza está en el interior, muchas otras cosas importantes pueden esconderse detrás de apariencias engañosas.

Pero hay otro posible mensaje del cuento bastante directo, una mensaje que puede utilizarse para animar a jóvenes desamparadas a casarse con quienes les obliguen sus padres, o a enamorarse de sus secuestradores. El simbolismo del anillo que tiene la capacidad mágica de llevar a la bella junto a la bestia es bastante obvio.

Los anillos simbolizan el compromiso matrimonial, pero también cualquier otro tipo de compromiso o promesa solemne. Además, simbolizan la eternidad debido a su forma circular, que no tiene ni principio ni fin.

Así que, si queremos ponernos cínicos, podemos interpretar la historia de “La bella y la bestia” como una apología de los matrimonios de conveniencia, o del síndrome de Estocolmo. En contra de esta interpretación, está el hecho bestia dice que no aceptará a la bella si esta no acude a su palacio por propia voluntad. Claro, que la alternativa es dejar que su padre muera, así que no es que Bella tuviese mucha elección…

Otro punto a favor de la interpretación de bestia como buen anfitrión, y no como cruel carcelero, es la enorme deferencia con la que trata a Bella. Tampoco le impide volver a casa de sus padres… aunque sí que se pone bastante quejica, la verdad sea dicha. Por último, también tenemos las repetidas afirmaciones del cuento de que la bella es “la única dueña” del castillo, ya sea por parte de libros mágicos o en boca de la misma bestia.

Por tanto, si queremos ver estos elementos simbólicos desde un ángulo más positivo, podemos interpretar el abandono de Bella de su casa paterna, para ir a vivir en el palacio de la bestia, como una metáfora del fin de la niñez y de la entrada en la edad adulta.

En este sentido, la bestia no representaría a un feo viejo verde que exige casarse con Bella para que el padre de ésta pueda liquidar deudas. La bestia, en cambio, representaría un aspecto de la propia protagonista. Cuando entramos en la adolescencia, nuestro cuerpo sufre todo tipo de cambios bruscos. Crecemos de forma descompensada, nos salen granos en la cara y pelos en partes donde antes no lo había. Como en las axilas.

En otras palabras, nuestro cuerpo adolescente, sobre todo comparado con nuestro cuerpo infantil, puede considerarse un poco monstruoso. Al menos, así es como se sienten muchos adolescentes. Por tanto, la bestia representa el miedo e incertidumbre propios de esta etapa de la vida tan difícil, y su transformación en príncipe simboliza la promesa de que, aunque dé un poco de miedo, crecer es bueno para nosotros.

Si queremos acotar un poco este tema del miedo a crecer, y nos ponemos en la piel de una jovencita que creció sin acceso a Internet, podemos deducir que el acto sexual debió inspirar bastante espanto y recela a las jovencitas de esa época. Pero bueno, siguen siendo adolescentes con las hormonas por las nubes, así que es posible que este tema también les inspirase cierta fascinación.

En cualquier caso, la cultura en la que viven estas jóvenes les ha dicho durante toda su vida que el sexo es tabú, sucio, peligroso… pero que deben practicarlo con su marido, pues es su deber darle hijos. Estos mensajes contradictorios con respecto al sexo debieron causar mucha confusión a las jovencitas. Es posible que la transformación de la horrible bestia en bello príncipe pretendiese decirles a las lectoras del cuento, de una forma sutil, que no deben tener miedo del sexo, sino que deben aprender a disfrutar de él.

Si Villeneuve quiso dar este mensaje en favor de la sexualidad de la mujer,  tuvo que hacerlo de forma simbólica. Decirlo de forma directa le habría llevado, probablemente, a ser quemada en la hoguera.


Otro símbolo que apunta a este mensaje “pro-sexualidad” es la rosa que Bella pide a su padre. Las rosas simbolizan amor y, por su forma, también simbolizan la sexualidad. Sus pétalos serían un símbolo yónico, mientras que sus espinas serían un símbolo fálico. Al principio, la rosa parecía ser la causa de terribles desgracias pero, al final, resultó en una serie de sucesos que beneficiaron a la bella y a toda su familia.

O a la mayor parte de ella, pues las hermanas de la bella acaban muy mal paradas en las versiones de Villeneuve y Beaumont.

Por otro lado, y siguiendo con esta tendencia de interpretar a la bestia como la expresión externa de una faceta interior de la bella, el aspecto salvaje de la bestia podría simbolizar nuestra “naturaleza animal”. Los seres humanos somos seres racionales pero, al fin y al cabo, seguimos siendo monos que se cayeron de los árboles.

Cuando está solo, la bestia se comporta de forma bastante brutal y poco razonable pero, cuando está junto a la bella, la bestia actúa como un perfecto caballero. Esto puede simbolizar que, siempre y cuando la sabiduría y la compasión, personificadas en el personaje de Bella, sean quienes estén al mando del “palacio”, nuestros instintos primarios y salvajes, personificados en la bestia, se convierten en amigos muy amables.

De hecho, si examinamos atentamente esos aspectos de nosotros mismos que consideramos oscuros y bestiales, tal vez nos demos cuenta de que no son tan malos. Por ejemplo, emociones muy viscerales y negativas como el miedo o la rabia no siempre resultan perjudiciales. Estas emociones pueden inspirar rechazo y temor, tanto en nosotros como en los demás, pero su función es protegernos de los numerosos peligros de este mundo.

Por tanto, no todos los impulsos “salvajes” son algo que debamos reprimir. Incluso en el caso de los impulsos verdaderamente depravados, la mera existencia de dichos impulsos no nos convierte en monstruos horribles. Al igual que la bestia, en el fondo, seguimos siendo hermosos seres humanos.

Recordad, el impulso de querer estrangular a quienes te caen mal no te convierte en una mala persona. Hacerlo en la realidad, probablemente, sí.

Debido a la mala relación del cristianismo y los impulsos de “la carne”, estoy bastante segura que este mensaje de aceptación de los impulsos naturales no es uno que se pretendiese transmitir. Al menos, no conscientemente. Sin embargo, sigue siendo una posible interpretación de la obra. Es posible que esta cultura de represión, bastante dura en esa época y especialmente dura en el caso de las mujeres, hayan creado una especie de “rebeldía simbólica”, ya sea de forma consciente o inconsciente.

Puede que un autor diga algo con su obra que no quería manifestar de forma deliberada, pero que forma parte importante de su personalidad y, por tanto, se refleja en dicha obra. Además, casi nunca podemos estar completamente seguros de qué quiere decir un autor. Lo que es peor, ni siquiera podemos asumir que dicho autor pretendiese transmitir algún tipo de mensaje en concreto, ya que es posible que solo se propusiese crear algo hermoso o entretenido.

En cualquier caso, ahora es vuestro turno de analizar esta historia y sus posibles intenciones. Decidme, ¿qué opináis de “La bella y la bestia”?  ¿Creéis que transmite un mensaje positivo, o uno peligroso? ¿Os sentís identificados con el amor por los libros de Bella? ¿Pensáis que la bestia es más atractiva que el príncipe? Siempre que respetéis a los demás, podéis expresaros en los comentarios con total libertad. 

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